martes, 24 de enero de 2012

El truco final.



Mago prestidigitador que salta al escenario, triunfa, su traje es de luz es el que reflejan los focos y su chistera lo hacen un elegante truhán, eso al público le encanta. Qué le gusta que le engañen, que haga su magia.

Su espectáculo es visual y emboba a los maravillados que intentan ver más allá... pero es magia, es ilusión y es nada, es efecto y es desamor, golpe con la realidad.

Los ojos echan chiribitas con sus juegos, cuánta esperanza, apología de la falsedad... el Mago exclama:
-¡Para mi último truco, necesito un voluntario! - la gente lo aclama - todos se ofrecen, nos encanta que nos digan lo que queremos oír, ver lo que queremos ver.

Sube una chica, Inocencia, con mirada perdida, sin halo de ángel...

El muro de ilusión se rompe, cuando el mago no es más que trucos... el cuento es un cuento, la vida es vida y el sueño es sueño.

Toma a la dama, la mete en la caja y procede a cortarla por la mitad, con lo que llama la "sierra mágica". Qué fría es la sorpresa:

    El gran momento, el público enloquece con la estrella...

Enloquece y el serrucho se mancha escarlata, -no todos los trucos salen-, dice la sierra. -Cómo duele cuando no lo hacen -habla el chillido de la señorita, -qué miedo nos da falsa verdad- habla el público en estampida. Y el mago solo piensa: mi truco final y el más especial, el que no podía fallarme, aquel que amaba, mi fórmula de la libertada, ni dioses ni reyes, como un espejo roto, solo magia.

Image source: http://espectaculosmarmenor.es/MAGOS%20ILUSIONISTAS/index.html

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