lunes, 30 de mayo de 2011

Miércoles Noche.


Miércoles noche.

30/01/11

   Hacía años que era un parroquiano más de la bebida, que su dios era tibio, anaranjado y traído de la vieja Escocia. Un hombre tranquilo en la cáscara... "se deleitaba cuando la clave del deseo besaba sus labios"... (Había olvidado ya los besos de caramelo), y gozaba del danzar de los hielos (sus píes habían olvidado aquel baile) callado, preferías siempre el final de la barra y tu mirada distraida y observadora aun guardaba el brillo de un tiempo pasado que creías mejor. Él pide el primer trago (entra un nuevo cliente y oyes el inconsciente susurro de la musa).
 
-Lo de siempre, whisky, solo.- El murmullo del bar parece adormecerte.
 
-A su gusto, caballero.
 
  Se oye el mundo lejano... el partido del día anterior, el temor a la vejez, la incertidumbre del día de mañana... Pero a ti y a él hace tiempo que no os interesa nada (recuerdas el brillo de sus ojos en una noche a solas)

-Su bebida.

  Asientes... oyes los pasos del barman al alejarse, y te sumes de nuevo donde estabas, rechinan los hielos al chocar en los vasos, se oyen los pasos de tacones en tu memoria, los ojos se humedecen. Y el néctar baja ardiendo por la garganta... degustas la sensación de la calma que te provoca el infierno. El murmullo entonces se aleja y suena el rellenar de un vaso distinto... sonríes... como si la bebida te comprendiese. Tomé la servilleta y como un autómata que alza la pluma apunto algo que escucho susurrar en mi oído... Hacía tanto que ya no oías ese nombre que parecía sepultado...

Pero: ¿Por qué ahora?.

A él nadie lo conoce... pero todos lo ven pasar las noches en la barra, tampoco buscas  las simpatías de la gente... ¿Para qué?, se marcharán y te dejarán siempre ese vacío que cubre la melancólica musa y sin embargo es algo que siempre anhelas... hubo un tiempo en el que no creías en la crueldad humana pero ya te resignaste a perder tu nombre y ser simplemente ese anónimo del final de la barra.

Los siguientes tragos entran de manera sencilla... acariciando cada milímetro del paladar y vuelves a colocar el vaso donde estaba.

-Lleno por favor.

-En seguida.

Aburrido agitas el vaso  provocando un  tintineo donde el hielo hace al cristal chillar, él solamente piensa ¿Para qué quiero más compañía? y su alma llora.

Otra noche más a solas con la única dama que no me abandona, otra noche más que mis compañías son la soledad y ego, otra noche más que me acompañas a solas.

Apago el fuego con alcohol bebiendo una noche más con las musas, y callando el canto de las sirenas. 


Photo source: http://tiberiuarsene.deviantart.com/art/Whisky-154349853?q=boost%3Apopular%20Whisky&qo=16 

2 comentarios:

  1. Me encantaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa. Eva.

    ResponderEliminar