viernes, 24 de junio de 2011

Poesía IV





El despertar del alma
Dolorosa campanada
lejana...
Tiemblan las alas de
ángeles caídos...
Sollozan tristes de espanto
espíritus perdidos
Y cava la tierra húmeda
como lacerándola
el marchito humano
que a la vida sucumbe.
Lucha dentellada a dentellada
contra la tormenta
mordiendo el aire mojado
que se le aposenta
golpea la niebla que
cálida se esparce y desarma...
Y cae rendido
ante la gélida belleza
por el ardor de su pecho
que aun duele

-Duelo-





Sentimiento... cala el alma
mientras susurros de muros
rompen mi quietud

Me apodero de papel y pluma
y los hago hijo y espíritu
Mi perdición y alegría
mi yugo y castigo
mi impía armonía
hablaba de lágrimas encadenadas
y mundos mudos y vistosos
de lenguas desaparecidas
y riquezas no concebidas
de luchar y soñar
de la pluma y su humilde
argumento.


De un sentimiento desenterrado
y de ojos vacíos
llenos de sufrimiento

-Monotonía II-


Me cansé de esperar
que arropado de agonía
pudiese acontecer...

Una ilusión que rompa
la escéptica soledad
de un mundo insensible
roto y en pedazos de cristal
la herida que aun supura
sin cerrar

Se confunden a lo lejos
destellos de luz...

Que aquí...
aprendimos a sonreír
con los puños apretados

-ciego-

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