Cliff I

El metro silbó pasando, el pitido se le metió en la cabeza, martilleaba su cráneo y el dolor agudo le hacía palpitar la sien.

Tembló el cuarto de baño de la estación e hizo parpadear el fluorescente que parecía tener un  extraño tick nervioso digno de una enfermedad terminal.

Incorporó la cabeza del inodoro tras vomitar...otra vez.


Se puede tragar hasta medio litro de sangre, hasta tener nauseas... hacía tiempo que había pasado esa cantidad y la herida de la boca, los puntos de sutura llevaban demasiado tiempo abiertos, el líquido carmesí a veces rebosaba sus labios haciendo los brillar como el mejor pintalabios del mercado.

De nuevo arcadas, parecía una cascada de color rosado.

¿Cuánto tiempo llevaba así? ¿Cuánto tiempo llevaba corriendo?

No lo sabía y yo no tenía tampoco tiempo para preguntármelo, me daba igual.

El pelo desaliñado, el mal sabor de boca, los ojos perdidos y desorbitados con la mirada gastada y llena de vacío

Los pensamientos se agolpaban en la cabeza, tenía que acabar cuanto antes. El tiempo se agotaba y pendía como la Espada de Damocles sobre él.

Se rascó la descuidada barba de semanas, y miró al frente, el fluorescente parpadeaba y provocaba su carasterístico zumbido. Parpadeó... se ató bien de nuevo las botas, tomando los mugrientos cordones y haciéndoles una lazada, doble mejor.
Estoy  desorientado pero eso era normal en él.

Necesitaba seguir corriendo,  no podía dejar que las sombras y el pasado le atrapasen... cerró la puerta tras de sí y observo los blancos azulejos  de la estación, decorados con desconchados y pintadas de miembros viriles... además de una fina capa de suciedad de algún tipo de grasa que no alcanzo a conocer...

-Camina, actúa normal, intenta parecer tan solo escoria que pasea por el metro.

Sonó la megafonía del metro con esa voz estúpida y chillona que se metía en mi cabeza y abofeteaba mis pensamientos...

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2ª Parte
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