No, no llego, choco con la pared.
Derrapar y salir de la pista...
sentir los nudillos ensangrentados y la lengua llena de mordiscos...
no me tranquiliza nada, a veces nada es suficiente y ni si quiera lo es el todo
Las ganas de gritar no se desvanecen, los fantasmas acrecentan y rondan
tengo tantas ganas de chillar, que me las guardo para mi.
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