Los tres días

Atrapado en mi cuerpo

como en tu pelo

una serpiente se enrosca en el cuello.

Como bajo agua

como bajo las estrellas,

abrazado por raíces

bajo el árbol que salíamos estar.

 

Antes de morirme

tú, me matas

antes de conocerte ya estaba muerto

 

Resucitado con tus suspiros,

con cada aliento.

Antes de la tormenta.

Arrastrado por la corriente,

en el lado frío de la cama,

con el romper de las olas...

¿Dónde está mi calma?

 

Qué miedo.

Qué terrorífico.

Qué caras más tristes.

Madrugada

 En la profundidad de la noche,
Me cuesta menos recordarte..
Despacio y sin ayuda
El olor de tu cuerpo cuando suda.

El sonido del éxtasis me embarga
Mis manos, solas,
Se deslizan a donde solían estar...

Y un escalofrío me recorre la espalda
Y mi corazón se encabrita
Y suspiros escapan de mi boca.
Teniendo tantas razones... Tú te me escapas....

En la profundidad de la noche no me cuesta recordarte

мгновения

 La fragilidad de la felicidad
Reflejada en el instante de tu pupila.

La fragilidad hueca
Del espacio entre nuestros dedos.

Estrujando nuestros corazones
Dejándolos secos, como nuestros cuerpos.

Que tristeza, que felicidad vacía
Que secos mis ojos en la distancia.

Por un instante fugaz
Por un nudo en la garganta.

Pudo haber sido

Contigo, amor, entre plumas...
A ti bien debidas, pagadas con
gracia innata.
Divina por obra de Dios.

Contigo, amor, juego de sutilezas,
de sombras crepusculares inciertas,
nosotros entre todos...
y el mundo para nosotros dos.

El aroma cotidiano, de sonrisas
entre café y vida descafeinada.

El tacto de tus besos, entre sorbos dulces,
electrizantes, enigmáticos, registrados en la piel.

Miradas inventadas por ambos
que trae la brisa junto a tu nombre,
junto a tu ser, desnudo, tocado por la luz.

Y aun callada, tu corazón tan noble
Y aun desgarrada, tu paso tan firme
Y aun tan tuya, digna te (me) compartes.

Tus ojos tan llenos de mar,
los míos tan llenos de arena.

Reinado Cósmico.

Una daga en el cuello.

Cien puñales en el pecho.

Mil agujas en los poros de mi piel.

 

El rey del todo

la reina de la nada.

 

Dimensiones paralelas...

que no pasan por la tangente y yo...

yo con las ganas.

Polvo y lodo.

Quiero destruirlo todo... 

y que vengan los ángeles

sin corazón con ojos de tinieblas.

Y de las rosas

sólo me quedaré las espinas.

Y del agua

sólo me quedaré la sal.

Quiero ser la mayor calamidad

el enemigo público

el virus.

Y que si yo no lo tengo

no lo tenga nadie.

Y que si yo no lo siento

lo sientan todos.

Todos solos tan solos

en las ruínas...

de lo que fue nuestra vida.