Antes tenía un papel donde escribía cosas... y ahora tengo un blog donde escribo cosas...
sábado, 14 de septiembre de 2013
Encuentro
Tampoco es que hubiese otro sitio para un desalmado como los que ocupábamos esa barra, no había otro lugar donde se reuniesen tantas balas perdidas, ni tanto alcohol o humo de tabaco.
Es cierto que el tugurio no estaba mal, al menos no te sentías distinto entre tanta miseria, aquella taberna de Barcelona no se veía tan horrible como al menos, mi hogar.
Tras fundir mi garganta en un cálido abrazo, reconciliándome con mi bebida, le di una calada al penúltimo de mis cigarrillos, uno sabe que está en el fondo, cuando ya de tantos malos tragos se le marcan las cicatrices.... pero eso no iba a impedir que una sucia rata como esta siguiese viviendo, al menos... mientras la sociedad necesitase parias como yo, ese tipo de gente. Personas de las que aprovecharse para reírse, el mal ejemplo en el que compararse... el espejo en el que todo señorito que se precie querría mirarse... pura morralla.
Créanme que incluso para ser lo peor hay que esforzarse, significa ser lo mejor de lo más malo y aquí, permítanme que le diga, no somos solo unos cuantos los que competimos por tal loable y pobre triunfo.
Ya con cierta amargura de haberme despedido de mis queridas musas y su hielo, me dispuse a colocarme mi usado gabán, ajustarme mi mascota y salir apresurado hacia mi apartamento y miseria. Era ya tarde y la luna brillaba despejada coqueta y reflejando los rayos del sol, de manera que se disfrutaba de una inusual claridad, tan sumido iba yo en mis cavilaciones por el barrio gótico, que no me percaté de ella.
Ella paseaba despacio, con un parasol bajo la luna, con una piel tan viva y blanca que parecía brillar, apartó la mirada del frente y la dirigió a mi, ojos como esmeraldas.
-Señorita, ¿tiene fuego?- me aventuré a preguntar.
-¿Sabe usted caballero?- dijo con voz dulce - las damas no fuman. - hizo un silencio,- acérquese, aquí tengo cerillas.
Con sus manos, sacó de manera delicada de su bolso una pequeña cajetilla de fósforos, y prendió el primero, me acerqué a la lumbre para encender el pitillo, en seguida me quedé prendado de su mirar.
-Pensaba que las damas no fumaban - dije con una sonrisa.
-Eso quizás le de pistas sobre qué soy realmente- enunció con tono burlón.
-En cualquier caso, ¿Cree usted en la casualidad? - le pregunté.
-Creo, siempre y cuando, me invite a una copa - respondió dulcemente.
-Conozco un elegante antro al que llevarla, cerca de la Catedral, si así me lo permite.
Tras asentir, preguntó:
-¿Conoce muchas historias usted?, me encantan las personas de mundo e imaginación.
-Tantas como usted quiera oír -respondí.
-Está bien - dijo mirando al cielo - compártala con las mías.
Es curioso, pensé como el destino, cuando menos te lo espera... sonríe... incluso a los condenados y despojados... incluso... a gente como a mi.
*Especial dedicación*
Image Source: http://maryad4.deviantart.com/art/Barcelona-43906252
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